El mareo es una de esas sensaciones difíciles de explicar, pero todas hemos sentido alguna vez; ligereza o presión en la cabeza, sensación de inestabilidad, visión borrosa o como si bajara lentamente la intensidad de la luz, sudoración fría y/o náuseas.
Esta molesta sensación es sumamente común en personas neurodivergentes, puede pasar en un centro comercial, durante un viaje en automóvil, al respirar profundamente o incluso al recibir una terapia corporal como la acupuntura. Lo complejo es que suele asociarse a la terapia o a desequilibrios físicos o psicológicos, cuando en realidad puede ser una señal clara del estado del sistema nervioso autónomo, especialmente del sistema vagotonal alterado por presiones del entorno o al revés, porque está saliendo muy rápido de una situación de relajación.
Revisemos brevemente qué es el sistema vagotonal. El término “vagotonal” hace referencia a la activación del nervio vago, el nervio craneal más largo del cuerpo, que forma parte fundamental del sistema nervioso parasimpático.
Este sistema es responsable de funciones relacionadas con la recuperación, el descanso, la regulación digestiva, inmunológica y emocional. Cuando el nervio vago funciona bien, el organismo entra en lo que llamamos un estado de “seguridad fisiológica”, que no es otra cosa que la sensación de calma y armonía, es decir, el cuerpo entiende que no existe ningún peligro.
En condiciones ideales, el sistema nervioso alterna fluidamente entre los estados de alerta (simpático) y relajación (parasimpático). Sin embargo, en personas neurodivergentes, como quienes se encuentran dentro del espectro autista o tienen alta sensibilidad neurosensorial, esta regulación puede verse alterada o volverse más reactiva.
El mareo en la neurodivergencia no es un signo de patología orgánica, sino una respuesta del cuerpo a una desregulación autonómica, que ocurre en escenarios como espacios con mucho ruido, luces intensas, multitudes o movimiento constante (como un auto en movimiento) estas situaciones pueden activar el sistema simpático generando una respuesta fisiológica de saturación, en la que el mareo aparece como resultado de esta sobreexcitación.
Por otro lado, cuando una persona pasa de un estado de hiperalerta a uno de relajación profunda (como en una práctica de respiración, meditación o acupuntura), el sistema puede entrar en lo que se denomina inmovilización vagal dorsal. Esta es una rama más antigua del sistema vagal, relacionada evolutivamente con el colapso, el desmayo o la desconexión. En estos casos, el mareo puede ser un intento del cuerpo por conservar energía y protegerse.
Es común que personas autistas presenten hipotonía o bajo tono muscular, debido a la mala postura, la falta de ejercicio, alteraciones propioceptivas o dificultad para sostener la atención en el cuerpo. En este caso, el mareo puede ser también una manifestación de la falta de anclaje somático (en el cuerpo), especialmente en situaciones de quietud prolongada o falta de estímulo motor.
De ello radica la importancia de reconocer el mareo como una señal del sistema nervioso (y no como un síntoma a suprimir) por lo que es fundamental generar herramientas para su abordaje. Algunas estrategias terapéuticas del program Clara SENSORIAL, incluyen:
- Preparar el cuerpo antes de relajarse, con movimientos suaves, estiramientos o caminatas breves que ayuden a integrar el tono vagal sin inducir colapso.
- Enseñar el uso de estímulos reguladores durante la exposición sensorial: presión profunda, objetos con peso, aromas familiares, música rítmica o técnicas de grounding.
- Tomar pausas graduales en terapias corporales, especialmente al finalizar sesiones profundas (como acupuntura o masajes).
- Trabajar la interocepción y la conciencia corporal en sesiones de mindfulness adaptado, reconectando de manera progresiva con las sensaciones internas sin forzar.
En el contexto de la neurodivergencia, entender cómo funciona el sistema vagotonal nos permite diseñar espacios, prácticas y terapias más seguras, respetuosas y efectivas. Enseñar a escuchar al cuerpo es el primer paso hacia una verdadera autorregulación.